El problema de los “ojos secos”
¿Le pican los ojos, o siente que tiene arenilla o algo dentro? Puede que tenga los ojos secos y no lo sepa.
El ojo seco es una de las razones más comunes tras las consultas oftalmológicas. Se estima que solo en los EEUU 25 millones de personas padecen este problema. Se trata de una afección más común en mujeres y ancianos, y puede convertirse en una auténtica tortura para el que la padece.
El líquido de las lágrimas, compuesto por agua, mucina y aceites, es lo que mantiene al ojo hidratado y lubricado. Los aceites son producidos por el párpado, el agua por las glándulas lacrimales y la mucina por el blanco de los ojos (la conjuntiva). Si alguna de estas tres partes está dañada, se producirá el ojo seco en mayor o menor grado.
El ojo seco tiene múltiples causas. La más común es la inflamación de la glándula lacrimal, que provoca una reducción en la producción de lágrimas para lubricar el ojo. Otras causas pueden estar en el bloqueo de las glándulas productoras de aceite de los párpados o en la aparición de tejido cicatrizal en la conjuntiva, lo que daña los otros componentes de la lágrima.
Alrededor del 80% de los pacientes que sufren de sequedad ocular son mujeres. El ojo seco normalmente ocurre durante o después de la menopausia a causa del cambio en el equilibrio hormonal. El ojo seco también puede presentarse durante el embarazo por esta misma causa, y no es infrecuente que algunas mujeres se encuentren con que les molestan las lentes de contacto, por lo que se suele tratar el problema con gotas lubricantes. Por lo general, los síntomas desaparecen tras el parto. El ojo seco también puede estar causado por la edad, o por una cirugía ocular. Otra causa importante se haya en algunas enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, que es también más común en mujeres.
El ojo seco puede estar causado además por el uso de algunos medicamentos como los antihistamínicos, así como por cambios en las condiciones ambientales (viento, bajo nivel de humedad, etc.) Debido a los diferentes síntomas que presenta, muchas personas padecen de ojo seco sin saberlo. A veces los pacientes explican que sus ojos simplemente son delicados. Otros pueden quejarse de irritación o picor, de tener algo metido en el ojo (arenilla) o de cambios en la visión. Cualquier paciente que nota cambios en la visión a lo largo del día, o que parpadea y su visión cambia, o que pasa mucho tiempo ante la pantalla del ordenador, puede tener ojos secos.
El ojo seco suele diagnosticarse gracias a una combinación del historial médico con un examen físico. En el historial del paciente pueden encontrarse datos clave como la existencia de artritis reumatoide o el tipo de medicamentos que le han sido prescritos. Después se examina la superficie del ojo y la cantidad de líquido lacrimal que presenta. En ocasiones se tiñe el ojo de amarillo, verde o rojo para resaltar cualquier daño que pueda presentar en su superficie. Estas pruebas suelen ser llevadas a cabo por un oftalmólogo, ya que así se incrementa la precisión del diagnóstico y de la causa de la afección.
Una vez que se ha establecido la causa y la gravedad del problema de sequedad, el oftalmólogo decidirá cuál es la mejor terapia a seguir. Si estamos ante un problema leve de ojo seco, lo normal es comenzar haciendo pequeños cambios en el ambiente, como instalar un humidificador en casa o posicionar la calefacción del coche de tal forma que el aire no nos dé en la cara. Simples trucos como estos pueden ayudar mucho.
Si el problema es más grave, se necesitará dar un paso más allá. El oftalmólogo tendrá que comprobar qué medicamentos orales está tomando el paciente que puedan causar sequedad ocular, como los antihistamínicos, y cambiarlos por otros si es posible para tratar de reducir los síntomas. Además, normalmente se prescribirán gotas lubricantes conocidas como lágrimas artificiales. Esta última terapia, aunque no trata la causa del problema (que es normalmente la inflamación), sí proporciona un alivio temporal de los síntomas.
El mayor avance en el tratamiento del ojo seco se dio al descubrirse que estaba en muchos casos causado por la inflamación. La terapia antiinflamatoria puede ahora, por fin, mejorar la calidad de vida del afectado ayudando a lubricar el ojo y tratando la causa del problema para que el paciente pueda producir sus propias lágrimas. El primer medicamento aprobado para tratar el ojo seco fue la ciclosporina. Los ojos absorben el compuesto y la inflamación de las glándulas lacrimales se reduce, permitiendo que el paciente produzca más lágrimas y de mejor calidad. A veces se usan otros agentes antiinflamatorios en combinación con la ciclosporina, como pequeñas dosis de corticosteroides durante cortos espacios de tiempo. También hay otras medicaciones orales que se pueden usar para abrir las glándulas productoras de aceite de los párpados.
Otro cambio importante en el tratamiento de esta patología está en la inclusión de suplementos nutricionales como fórmula para mejorar el estado del ojo, convirtiéndolos en la primera línea terapéutica. Hay muchas evidencias que sugieren que los ácidos grasos omega-3, presentes en la grasa de pescado de calidad médica y el aceite de semillas de lino, pueden mejorar la calidad de la lágrima y reducir las patologías en el párpado. La razón de especificar la necesidad de que el aceite de pescado sea de “calidad médica” está en la posibilidad de que este aceite tenga altos niveles de mercurio. Estos aceites tienen beneficios añadidos como la reducción de la inflamación (por ejemplo, en la artritis) y el colesterol, la mejora de la calidad del pelo, etc.
Hay terapias más avanzadas para los casos realmente serios, incluyendo el uso de lágrimas artificiales más espesas o de pequeños tapones para bloquear el drenaje de las lágrimas fuera del ojo. Afortunadamente, alrededor del 99% de los casos pueden ser tratados con medicación y cambios ambientales. Solo el 1% restante necesita cirugía.
La cirugía ocular LASIK es otra causa que puede inducir la aparición del ojo seco, aunque el problema suele resolverse por sí solo en tres o seis meses. Durante ese tiempo, los síntomas pueden ser tratados para mejorar la visión. Muchas veces los pacientes se someten al LASIK porque no son capaces de llevar lentes de contacto, precisamente a causa del ojo seco. Este es el motivo por el que se les somete a un examen para comprobar si hay sequedad ocular. Al tratar a los pacientes antes de que pasen por el LASIK, el riesgo o la severidad del ojo seco tras la cirugía puede reducirse, lo que se traduce en unos mejores resultados tras la misma. En ocasiones, pacientes con sequedad ocular crónica se someten al LASIK, pero ocurre con poca frecuencia.
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