Cirugía LASEK

La cirugía ocular LASEK es un procedimiento para la corrección de los errores refractivos. Es un “híbrido” entre el Lasik y la queratectomía fotorrefractiva (PRK), dos de los tipos más frecuentes de cirugía láser ocular, y su objetivo es minimizar las complicaciones y maximizar los beneficios de la misma. Por esta razón es un procedimiento seguro y efectivo.

El proceso, tanto para el Lasik como para el LASEK clásico, implica la creación de una capa epitelial de la córnea que luego vuelve a colocarse en su sitio tras la aplicación del láser en ella. La diferencia entre ambas técnicas está en la manera de crear esa capa. En el caso del LASEK, se utiliza una solución de alcohol para forma una fina capa epitelial, mientras que en el Lasik se usa el microquerátomo para cortar la córnea, con lo que la capa es más gruesa y puede causar más complicaciones. Con una capa más fina, el LASEK reduce las complicaciones provocadas por la capa córnea tanto en el momento de la cirugía como a largo plazo aunque, desafortunadamente, no las elimina del todo.

A veces, la capa epitelial no es lo suficientemente resistente como volver a colocarla en la zona tratada. En estos casos, el procedimiento LASEK se convierte en una PRK. Si esto ocurre y el paciente es un buen candidato a PRK no hay ningún problema, ya que el resultado no tiene por qué resentirse. Sin embargo, si el paciente tiene una miopía alta (más de 6 dioptrías) y el LASEK se estaba usando para reducir la probabilidad de niebla corneal, puede que se presenten complicaciones. Una progresión de este método es el Epi-Lasik, el cual usa un microquerátomo con una cuchilla roma para levantar la capa de células epiteliales. De esta forma, la capa no verá reducida su resistencia a causa de la solución alcohólica y será más estable.

La nueva cirugía ocular LASEK es similar a la clásica pero se salta la parta en la que la capa córnea se vuelve a colocar en el ojo. Esta práctica es más segura porque no requiere cortes ni manipular la capa. Por lo tanto, las complicaciones en este sentido desaparecen y se convierte en una técnica segura para las personas que no son buenas candidatas al Lasik. Este tipo de pacientes incluyen a personas con pupilas grandes, córneas finas o planas, astigmatismo irregular o con tendencia a desarrollar sequedad ocular.

También se dice que es más segura que utiliza lentes de contacto durante 20 años. El uso de lentillas no está libre de riesgos, ya que podemos perder vista debido a alguna infección por dormir con ellas puestas, o por limpiarlas o conservarlas mal. Este riesgo puede parecer mínimo pero se va acumulando con los años, por lo que el riesgo virtual de perder visión será incluso mayor del que presenta una intervención LASEK. Es más, las soluciones para lentes de contacto contienen productos químicos que podrían causar daños a largo plazo, y nuestros ojos se exponen a esos químicos cada vez que nos ponemos las lentillas.

Y, ¿qué podemos decir de los resultados? Lo cierto es que son muy buenos. Esta nueva técnica le da al paciente una visión más aguda. Tras haberse sometido a un LASEK, la visión puede ser incluso más precisa que cuando el paciente usaba gafas o lentes de contacto. Algunos pacientes incluso superan el 20/20 de precisión. También se dice que reduce los halos y los resplandores nocturnos.

El único problema de este nuevo LASEK es que la recuperación dura unos días más que con el Lasik, y el paciente debe tomar medicación durante algunas semanas o meses adicionales. Si se sigue un postoperatorio adecuado y las instrucciones del médico, se incrementan mucho las posibilidades de éxito.

Con esta aproximación sin cortes ni capas de la nueva cirugía ocular LASEK, el uso del láser para corregir la vista es más seguro y ofrece mejores resultados.

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